La huella de Tom Ford, durante años director creativo de Gucci e Yves Saint Laurent, está bien visible en el último James Bond. Este diseñador de moda, uno de los más respetados en el panorama internacional, se ha encargado de vestir al agente 007 en Quantum of solace. Sin embargo, éstas no eran el tipo de colaboraciones cinematográficas a las que aspiraba cuando anunció que dejaba la moda para mudarse a Hollywood.
Estamos bastante acostumbrados a que "floreros" de la pasarela, por lo general salvo contadas excepciones, sin cualificación ni aptitud alguna, den el salto al mundo del cine y la televisión única y exclusivamente porque ofrecen un físico atractivo que queda bien en cámara, aunque luego arrastren su falta de talento haciendo el ridículo. Menos frecuente es que un diseñador de moda, y menos de la fama y del reconocimiento de Tom Ford, den el salto a la escritura de guiones y la dirección de películas.
Protagonizada por Colin Firth y Julianne Moore, el proyecto del madamás está basada en una novela de Christopher Isherwood y, ambientada en la década de los sesenta, cuenta el último día de vida de un profesor homosexual que pierda a su pareja en un accidente de coche.
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