20.11.11

Errance

La primera vez que abrí este libro de Raymond Depardon, cai en una pagina donde habia una foto vertical, en toda la hoja. Era en blanco y negro, simple, equilibrada y refinada. La línea del horizonte estaba completamente en el centro de la imagen, como en todas los demás. Es en un camino largo que se extiende hasta el infinito en el centro de los Estados Unidos o de un peatón en una megalópolis japonesa.Es una calle de Alemania, en la playa en España, antes de una parada de bus en París, detrás de un banco en medio de una montaña, o que se plantan delante de un poste de energía eléctrica en los campos de viento .
El hombre rara vez existe, pero de alguna manera Errance es la búsqueda de un lugar, no una alteridad, ya que incluso cuando él está cerca, nos muestra solo el lugar donde actua .
Depardon es un gran solitario, en sus andanzas. La imagen, vista de cerca, llama la atención por su profundidad, su tamaño, su latitud, su belleza. Pero su autenticidad, se precipita, no en busca de los detalles sino en las líneas que siguen siendo el alma de la imagen: dan una clara gama dinámica que guía la lectura, a veces incómoda.

Tras pasar las páginas, me di cuenta de la gran variedad de fotos, a pesar de la elección técnica muy estricta de un formato vertical, con una longitud focal fija, una película en blanco y negro sensible, una apertura mínima dando gran profundidad de campo de un marco estático donde se centra el horizonte. Cada foto sorprende.

Y entendemos que el tiempo vagando, "la búsqueda del lugar aceptable", como él lo define en un primer momento, el tiempo se convirtió, después de años de vagar en eso", de mi lugar".


31.10.11

Retiro

1.m. Accion y efecto de retirarse.
2.m. Lugar apartado y distante del concurso y bullicio de la gente.
3.m. Recogimiento, apartamiento y abstraccion.
4.m. Ejercicio piadoso que consiste en practicar ciertas devociones retirandose por uno o mas dias, en todo o en parte, de las ocupaciones ordinarias.
Real Academia Española


Dos jornadas de viaje alejan al hombre y con mucha mas razón al joven cuyas debiles raices no profundizaron aun en la existencia, de su universo cotidiano, de todo lo que él consideraba sus deberes, intereses, preocupaciones y esperanzas; lo alejan infinitamente mas de lo que pudo imaginar.

El espacio que , girando y huyendo, se interpone entre él y su punto de procedencia, desarrolla fuerzas que se cree reservadas al tiempo.Hora tras hora, el espacio determina transformaciones interiores muy semejantes a las que provoca el tiempo, pero de alguna manera las supera. Igual que este se crea el olvido, pero lo hace desprendiendo a la persona humana de sus contingencias para transportarlas a un estado de libertad inicial.

El tiempo, segun se dice, es el leteo. Pero el aire de las lejanias es un brebaje similar, y si su efecto es menos radical, es en cambnio mucho menos rapido.