31.7.10

Ingo en el pais de las maravillas

Antes de empezar con este post quiero contarles algo: primera vez que me emociono hasta las lagrimas escribiendo un post. Aca les dejo una breve resaña de este pope del design mundial.
Los grandes lo saben: las cosas más complejas se explican con palabras sencillas. Así es y así se comporta Ingo Maurer, un alemán hijo de pescador que nació con un don en los ojos. Donde su padre y sus colegas veían oleaje y temporales, él veía ráfagas luminosas y juegos de luz.
Hoy, a sus 75 años, puede decir orgulloso que se ha pasado la vida jugando. Y en el juego ha reinventado la manera de mirar la luz. Sus lámparas, más allá de iluminar, cuentan historias. Y se relacionan con el usuario como si éste fuera una parte esencial para completar la luminaria. No es un decir, posta que es asi!
Ingo Maurer es una rara avis en el mundo del diseño. Lo que Marcel Duchamp hizo en el del arte, él lo llevó al de las lámparas cuarenta años después. Así, pionero en la descontextualización de objetos (en sus luminarias utiliza desde botellas de Campari hasta cucharas o platos rotos), también ha sido precursor de la línea del diseño-arte que hoy se vende menos en las tiendas que en las galerías de arte, aunque él no quiera entrar en ese circuito.
Reniega de las clasificaciones, pero no le importan las etiquetas. Sólo quiere seguir jugando. Y, con cuarenta años de tablas, cada día lo hace más y mejor a mi criterio. Cuenta la leyenda que vio la luz una tarde de resaca en una pensión de Venecia. Veía doble y del techo, sobre el camastro, colgaba un foco desnudo: "Me pareció lo más hermoso del mundo: una caja de cristal para un destello de luz", recuerda hoy en su estudio de Milan, donde tuve la suerte de conocerlo en la semana del disegno.
Su primera lámpara, Bulb, de 1966, era eso: un homenaje a Edison, un "foco" gigante. Luego, en la que es una de sus piezas más famosas, le puso alas a otro "foco" y comenzaron los nombres italianos. La pieza se llama Lucellino porque la vida de Maurer es una historia de amor entre Nueva York, donde vivió muchos años, e Italia, donde es una institución aunque ningún fabricante italiano haya conseguido producir sus diseños. Desde aquella tarde en Venecia, Maurer se lo hace todo solo. Dibuja, piensa, busca, produce -todas las lámparas son semiartesanales-, empaqueta y distribuye. Solo, con sus sesenta empleados, "casi todos sin formación académica, pero con buenas manos".

Me prostituyo por cualquier de sus artefactos. asi te lo digo.




*La ultima foto pertenece al post " Solita ella". detras el estudio de Ingo en el Soho de NY

15.7.10

kapoor in red

Este tipo me cautivó mal. Al punto que casi lloro cuando me topé con su obra en persona en el Guggemhein de bilbao el mes pasado . Piel de gallina, sensaciones encontradas, asombro..... y me estoy quedando corto. Las obras de Anish Kapoor no te dejan indiferente. Imposible. Su simplicidad no está reñida con el efecto entre sensual y mental que producen. La retrospectiva que le dedica el Guggenheim despliega el recorrido vital de este artista que cree en la utopía.
Uno de los materiales que centra la atención de Kapoor es la cera roja. Y una de las instalaciones de la exposición, " Disparos en el rincón", consiste precisamente en un cañón que lanza balas de cera de color rojo contra la esquina de dos paredes en una sala. Los disparos producirán como resultado final una acumulación de cera que formará una escultura en sí misma, imprevisible al inicio de la exposición. Mucha violencia, dramatismo, poder y tb tiene una fuerte connotacion sexual, algo confuso en la cabeza de cualquier mortal. Un genio mal.


No es habitual que un escultor tenga un sentido del color tan preciso y agudo como Kapoor. Como si, en realidad, hubiese querido ser pintor me dio la sensacion todo el tiempo....
Anish eligió desde el principio el espacio, no para colocar simples objetos en una habitación, sino para otorgar una dimensión nueva a la relación entre ambos. Las formas pigmentadas de los años ochenta adquirían texturas misteriosas, las protuberancias eran superficies sensuales y los agujeros parecían succionar al espectador en los noventa.
Algunas otras piezas de este artista producen sensaciones diferentes, como de una inquietante absorción o proyección a dimensiones distintas. Y lo hace con total simplicidad. Conos aterciopelados, agujeros deslizantes. No es el tipo de escultor que hace objetos.
Algo de lo que es imposible no hablar es de la escala de sus esculturas , quizá su ejemplo más visible es el monumento Cloud Gate (2004), que parece una gigantesca gota de mercurio arqueada, y que ha logrado seducir a los viandantes de Chicago. En la exposición se presentan también maquetas de algunos de sus proyectos en espacios públicos aún no realizadas.
Con despectiva modestia Kapoor se denomina irrelevante. Una frase inusual en tiempos en los que la personalidad del artista contemporáneo es parte del marketing........