11.9.08

la vie en rose

Su credo es la innovación; su lenguaje, la provocación. Brazos tatuados, uñas pintadas, pantalón, camiseta y camisa rosa... no es un adolescente contestatario ni un icono gay, es Karim Rashid, el diseñador más mediático, célebre y prolífico . Carismático y atractivo, egocéntrico y exhibicionista, él es en sí mismo un personaje y, a sus 48 años, el símbolo de muchas cosas: de modernidad, de transgresión, de glamour...
¿por qué el rosa?: “Quiero ser yo mismo. No quiero hacer lo que la sociedad me dice que haga. La gente se uniformiza, intenta adaptarse, ser como los demás. Mi posición es radical: me he pintado las uñas durante 20 años , y quizás he perdido clientes por mi manera de ser o porque no me corto a la hora de hablar. Quiero ser lo que soy. Eres más feliz cuando actúas en función de lo que eres, y tienes que luchar por eso”. En su caso, el rosa es sinónimo de provocación inteligente.


Rashid no tiene prejuicios, mira siempre al futuro y encarna el mundo global: nacido en El Cairo, de padre egipcio y madre inglesa, se crió en Canadá, se terminó de formar como diseñador en Italia y reside en Nueva York con su esposa, la artista digital Megan Lang . Se queja: “Hay una extraña obsesión por aferrarse al pasado, nos hace sentirnos cómodos, pero el problema es que algunos siguen copiando y repitiendo lo que ya está hecho”, señala.

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